...Me siento incapaz de poner título a esta retahíla de pensamientos tras el "derbi".
El dolor emocional siempre supera al físico. Ambos dejan secuelas, ambos son agudos, punzantes. Pero el primero va aparejado a un sentimiento aislado o repetitivo que se almacena en la psique del individuo. Xabi Alonso, Valdano y Mourinho pueden haber desdramatizado el 5 - 0 del F.C. Barcelona. Al aficionado madridista esas declaraciones correctas y con gran dosis de desánimo y pesadumbre no le sirven. No le sirve que ningún jugador de su equipo dé la cara en una nueva derrota dolorosa ante el peor rival posible. Necesitan buscar razones. Necesito encontrar razones.
No pude ver el último gol de Jeffren. No vi y no puedo juzgar la agresión de Ramos a Messi. Con el cuatro a cero apuré la cena y hui de la compañía de mis amigos para buscar consuelo en mi coche. Kilómetros sin rumbo fijo, alejado del fútbol, con la música alta, ensordecedora, para no oír el palpitar de la sien. Me sentí incapaz de ver a mi equipo sucumbir con estrépito ante una institución con las ideas futbolísticas claras desde que Cruyff instauró su inconfundible estilo de toque. Mis fuerzas se agotaron ante la imagen de un equipo incapaz de responder con la actitud propia de su escudo a semejante vendaval de juego.
Pocos coches circulaban a las diez y veinte por Madrid. En mi trayecto a la deriva busqué la contundencia de "Goyo" Benito para suplir a "Pepe" y Carvalho, incapaces de poner orden en una defensa que tan bien había trabajado hasta ahora el fuera de juego, y que tan horriblemente mal lo ejecutaron hoy. Con Marcelo sufriendo más de lo que había imaginado en el peor de mis esquemas mentales y Ramos inoperante. Xabi Alonso y Khedira desaparecidos en combate, incapaces de soltar un balón rápido ante la incesante presión del Barça. Lo mismo que Di María y Özil, conduciendo en exceso el primero, fuera del partido el segundo, al igual que Benzema. Si Cristiano Ronaldo borrara de su conducta el aire chulesco y retador le tendría en mayor estima. Ha sido el único que ha demostrado carácter ganador y ha intentado plantar cara hasta que el resto de sus compañeros hincaron la rodilla. Sus desafortunadas declaraciones y las de Mourinho dejan en evidencia los valores del Real Madrid. Florentino Pérez, que tanto se vanagloria de ser el adalid de los mismos, calla. Y sin Higuaín, sin Pellegrini, sin Guti ni Raúl, ¿quién será el señalado?
A estas alturas de la noche me gustaría no sentir nada. Estar muerto para aliviar el dolor. Dolor por el equipo de mi ciudad tras haber sido ridiculizado por una máquina de hacer fútbol. El único equipo con el que una derrota alcanza tales cotas de sufrimiento (en mi caso por diversas razones).
Enhorabuena a los barcelonistas de parte de un madridista compungido. Un nuevo triunfo de la paciencia y del buen hacer en forma de fútbol. No creo que esta derrota valga para cambiar las formas chulescas de Ronaldo y Mourinho. Descarto la reflexión en el "lobby" mediático de Madrid. Desgraciadamente, tampoco intuyo que vaya a servir para replantearse los criterios sobre los que se cimenta el equipo. En cuanto a mí, me he visto desbordado por mi propia incapacidad de escribir dos frases seguidas y con sentido. Soy demasiado pesimista como para descubrir luz al final del túnel. Tan solo espero que el tiempo pase rápido. La vida sigue. Aunque las heridas nunca cicatrizarán.
Por José Martínez.
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