lunes, 17 de enero de 2011

La mitad del camino del Real Madrid

El Real Madrid se quedó anoche a medio camino del oasis almeriense. Como sacado de una novela de Kapuscinski, el conjunto merengue quedó varado en pleno desierto, incapaz de superar al colista de la Liga. El Juegos del Mediterráneo, coqueto campo cuyo diseño recuerda al Multiusos de San Lázaro, bullió hasta la extenuación y llevó en volandas al Almería para conseguir un agónico empate a uno. 

Falto de ideas, sin chispa, cansado, el Madrid decidió jugar el primer tiempo cual si del Barcelona se tratase, defendiéndose con la posesión del balón, jugando a un ritmo más bajo de lo que es habitual en los blancos, buscando el hueco imposible que sólo el ritmo vertiginoso y la movilidad de los blaugranas son capaces de encontrar. Enfrente, el Almería, con un entramado defensivo bien perfilado por José Luis Oltra, con la velocidad de sus puntas como mayor bagaje ofensivo. El Madrid, jugando un fútbol para el que no tiene ni hombres ni la sexta marcha del "Barça", perdió casi una hora de partido y sólo despertó tras el gol en contra de Ulloa. A partir de entonces, los cambios de Mourinho y la encerrona final de quien se supone equipo candidato al título cambiaron la dinámica del partido. Los blancos -ayer de negro- imprimieron un mayor ritmo al partido, aglutinando hombres por delante del balón, pero cayendo en el error de buscar el gol renunciando a las bandas la mayor parte de las veces. Con Marcelo trenzando diagonales hacia el medio en lugar de aprovechar su carril en la izquierda, fue Arbeloa quien lo intentó con sus centros desde la derecha. Pero sin suerte.

No fue la noche de Di María, físicamente reventado tras una primera vuelta sin apenas relevo y en la que ha jugado hasta de lateral izquierdo -de forma circunstancial, eso sí-. En igual situación se encuentra Mesut Özil, que ya en el Mundial era siempre uno de los cambios de Joachim Low y que está notando el peso de la competición en cada segunda parte. Kaka' se mostró activo pero casi sin trascendencia en el choque. No está como para jugar de "nueve". La entrada de Benzema en el segundo tiempo al menos logró que el francés fijara la marca de los centrales rojiblancos y a la postre fue quien asistió a Granero en el definitivo empate madridista. En rueda de prensa, el técnico portugués indicó que había acertado con los cambios, lo cual una mente maliciosa podría interpretar como que se equivocó con el once inicial. Tal y como sucedió en el Camp Nou con Lass.

El 22 de septiembre, el técnico portugués era preguntado -de forma lógica- acerca de las rotaciones en su equipo. Y respondía tajante que no las emplearía hasta febrero. De nuevo, aquellos que deseen sacarle punta a sus declaraciones tendrán oportunidad. ¿Puede confiar Mourinho en sus hombres de banquillo cuando lo único que le han reportado ha sido un empate en Murcia y una derrota ante el Levante? Con Pedro León cada vez más infrautilizado, Canales desaparecido, Lass creyéndose el jugador más valioso de su equipo y Granero dando una de cal y otra de arena, las señales que se ofrecen no son nada positivas para el devenir del megaproyecto de Florentino Pérez. Bien es cierto que tanto en Champions como en Copa del Rey las sensaciones han sido muy positivas, pero de no mediar futuras rotaciones no hará falta ser futurólogo para saber que los trece o catorce hombres de confianza del técnico portugués acabarán fundidos.

Desde la lesión de Higuaín, el Madrid ha perdido su primera referencia defensiva. Aunque Benzema se muestra poco a poco más voluntarioso en esa faceta, no hay comparación entre el "Pipa" y Karim. Por otro lado, el delantero francés juega con una apatía que parece repercutir en su suerte. Y, aunque generoso con sus compañeros, su aparente desgana se transmite a una grada que ya no le perdona un desliz, para satisfacción de los medios que le crucifican partido tras partido, como otrora lo hacían con el argentino. Retrasando un poco los puestos, Cristiano y Di María son indiscutibles, dos puñales, cada uno en su banda. Gratas sorpresas ambos: el argentino porque se ha convertido en un hombre básico en el esquema de Mourinho por su desborde y también por su solidaridad defensiva. Y en cuanto a Ronaldo, porque este año se le ve más generoso que nunca, buscando en todo momento un compañero con el que asociarse o al que devolverle una "pared".

En la medular seguro que Mourinho no esperaba tantos problemas. Khedira es músculo e intensidad, y parece funcionar mejor junto al intocable Xabi Alonso, pero apenas brilla y es algo torpe con el balón. Lass es un buen futbolista con hechuras de divo, lo cual se ha demostrado ir en su propio perjuicio. Descentrado y con la cabeza casi ya fuera de Concha Espina, parece que esta va a ser su última temporada de blanco. La opción Granero - Alonso está casi descartada, y el Madrid necesita estabilidad en esa línea tan delicada. En los últimos partidos el balance defensa - ataque ha generado demasiadas situaciones de inferioridad numérica. Y en defensa, la baja de "Pepe" es sensible a todos los efectos. Su entendimiento con Carvalho es casi perfecto y Albiol, aunque cumplidor, está en un nivel de rendimiento menor que el del central luso. Marcelo año a año gana enteros como jugador, haciendo buenas las esperanzas puestas en él. No obstante, sigue siendo vulnerable defensivamente, como ya demostró el Villarreal. Por último, el ímpetu de Ramos conlleva también cierta anarquía ya característica en el de Camas. En cuanto a Casillas, en su línea, apenas sin errores, a veces demasiado precipitado a la hora de sacar el balón, pero seguro como siempre.

Tras media temporada, José Mourinho se ha dado cuenta por fin de dónde está. Pero no de qué grado de autoridad y de poder tiene. Sus formas sobrepasan el límite del decoro en muchas ocasiones, y sus intercambios dialécticos con sus superiores a través de los medios no son nada positivos para la salud del club. En su mano está saber convencer a sus jugadores de que ganar la Liga aún es posible, con o sin un nuevo delantero, con o sin la cantera. De él depende el éxito o el fracaso del faraónico proyecto de Florentino Pérez.


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