miércoles, 10 de noviembre de 2010

Diez años del K.O. en el Salto del Caballo

En este futuro mes de diciembre se cumplirán 10 años de la eliminación "copera" del Madrid en el Salto del Caballo de Toledo. Los merengues cayeron 2 a 1 frente a un ilusionado Toledo. Sin embargo, actualmente y con excepciones como la del Alcorcón y el Real Unión, la Copa del Rey ha perdido en emoción en estas primeras rondas eliminatorias.

El 13 de diciembre del 2000 yo me encontraba en casa de una de mis abuelas, para ser más concreto en la de mi abuela por parte de padre. Celebrábamos su cumpleaños, creo recordar. Ese día se disputaba una eliminatoria de la Copa del Rey, entonces denominada como “Torneo del K.O.”, justo calificativo para unas rondas clasificatorias donde se jugaba a un único partido y en el campo del teórico equipo más débil, determinado por la categoría.
Ese día venía el Real Madrid a Toledo, a la capital de mi provincia. Eran los treintaidosavos de final y el equipo blanco (ese día de negro) debutaba visitando al equipo de la Ciudad Imperial.
Entonces yo contaba casi doce años y llevaba un poco menos de la mitad de mi vida disfrutando de este deporte. Era todo un acontecimiento del que todos los niños hablábamos en los recreos y en los entrenamientos "La visita del Real Madrid recién campeón de Europa". Yo tenía muchas ganas de haber ido a ver ese partido, pero el Salto del Caballo se llenó, el público abarrotó hasta las gradas supletorias puestas para la ocasión y las entradas estaban muy cotizadas, aparte eran bastante caras.
Era el Real Madrid, eso sí, sin Raúl, Figo, Roberto Carlos, pero con el gran capitán Sanchís, el segundo de abordo Hierro, Morientes que visitaba su tierra y otros grandes jugadores de categoría que superaban en calidad a muchos otros de primera división y qué decir de futbolistas de Segunda B, categoría en la que se encontraba el Toledo.
Allí estaba yo, sintonicé la radio sentado en uno de los sillones de casa de mi abuela. Me puse unos auriculares para no molestar a mi familia e intenté prestar atención a todo el carrusel de encuentros que se disputaban en aquella fría noche y, en especial, a aquel partido que se estaba jugando a apenas diez kilómetros de donde yo me encontraba.
El partido comenzó con el saque de centro por parte del equipo local y ahí se iniciaron noventa minutos que pasarían a la historia tanto del Toledo como del Real Madrid. Nada más sacar el Toledo demostró sus ganas y con el segundo toque de todo el encuentro un jugador del conjunto verdiblanco arremetió contra la zaga madridista.
Ante mi asombro y creo que el de todo aficionado al fútbol, el modesto Toledo se adelantó con un gol de Israel González de tiro cruzado gracias a un gran pase en profundidad de Quini, que dejó al anotador local ante César.
La sorpresa fue mayúscula cuando Cidoncha enganchó un empalme tras un rechace de la zaga merengue y consiguió el segundo para el Toledo. El Salto del Caballo festejó el gol y comenzó a creer en la gesta. En tan solo 14 minutos el Toledo ganaba por 2 a 0. Cinco minutos después, Savio acortó el resultado, pero el marcador ya no se movió hasta el pitido final. Ganó el Toledo al todopoderoso Madrid, el cual en ese mismo año levantó la Octava Copa de Europa.
Se cumplirán diez años dentro de poco de este logro del club de la Ciudad Imperial y en estas temporadas no ha sido el único club que ha eliminado de la Copa del Rey al Real Madrid. Hace un año fue el Alcorcón el que tras un 4 a 0 en el partido de ida aguantó y sólo encajó un único tanto en el Bernabéu. Otra temporada antes del “alcorconazo” el Real Madrid fue eliminado por otro Segunda B, por el Real Unión de Irún. Con un marcador a su favor de 3 a 2, el Real Madrid ganó en la vuelta por 4 a 3, pero fue corta la victoria, pues por el valor doble de los goles fuera de casa quedó eliminado.
Sería absurdo decir que hoy el Real Madrid tiene una cita con la historia. Recibe al Real Murcia, actualmente en Segunda B, pero vistos los precendentes anteriores cualquier resultado es posible.

Emoción perdida
Estas eliminatorias a un solo partido cargaban las tardes “coperas” de emoción, de ansia de los clubes modestos por vencer a grandes equipos como el Madrid, el Barcelona, el Valencia… Cuando el Toledo marcó el segundo gol hace casi diez años, el jugador local, Cidoncha, llevaba una camiseta interior con una dedicatoria. Esta inscripción demuestra que el jugador esperaba marcar, esperaba poder dedicar su gol. Es la ilusión de los modestos, el anhelo de estos futbolistas que pasan de jugar con centenares de aficionados a hacerlo con miles, a convertirse en el centro del fútbol español.
Los partidos de vuelta en tan tempranas rondas han servido para eliminar esta emoción, beneficiando al equipo más fuerte. Salvo en escasas excepciones, como los grandes descalabros del Madrid, el equipo de más categoría y de más presupuesto pasa de ronda.
En la competición más antigua del Mundo, la FA Cup, disputaba por primera vez en 1871, la eliminación es directa en un solo partido. Si hay empate se disputa un partido de vuelta en casa del equipo que haya sido visitante en este primer partido. En caso de empate el paso a la siguiente ronda es para el equipo que haya marcado más goles de visitante. Si la igualdad continúa hay lanzamientos de penaltis.
Adoptar este sistema para nuestra Copa del Rey volvería a dar brillo a estas tardes de fútbol entre diario. Además, no volvería a ofrecer imágenes de campos casi vacíos, que deterioran tanto esta competición.
Quizá otra de las posibilidades para reenganchar al aficionado a la Copa del Rey sería trasladar las jornadas de esta competición al fin de semana en lugar de la Liga, y pasar las de Liga a un martes o un miércoles. Sería una opción para estudiar.
Finalmente, la opción que más se viene reclamando en los medios de comunicación, pero seguramente por lo que menos apuesten los grandes clubes, se trata de otorgar al campeón de Copa el premio de disputar la Champions League o que menos que su ronda previa. Así, los grandes equipos, y también los más modestos, vean una oportunidad para disputar la máxima competición europea.
Sea cual sea opción elegida (no tiene porque ser ninguna de las anteriores) la Copa del Rey se merece más importancia de la que tiene actualmente, pues es la única competición en la que se miden las caras casi todos los equipos presentes en la Real Federación Española de Fútbol.

Por Javi P.T.

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