viernes, 21 de enero de 2011

La Copa, también dual

Ya tenemos semifinales de la Copa del Rey y tampoco en cuartos hubo sorpresas: Sevilla-Real Madrid y Barcelona-Almería se verán las caras en semifinales. Las eliminatorias de los hispalenses con el Villarreal y de los almerienses con el Depor tuvieron un poco más de historia pero ni el derbi madrileño ni el duelo entre líderes de Primera y Segunda División han estado mínimamente disputados. El duopolio de la Liga parece haberse extrapolado este año también a la Copa.

Cristiano Ronaldo manda callar al Calderón tras marcar el 0-1. | as.com

Cinco años después, el Madrid se mete en semifinales. Cinco años después, gana un partido a domicilio en Copa (su último gol en esta competición lejos del Bernabéu, hasta esta noche, lo había marcado Saviola en Irún). Con Mourinho está claro que no hay concesiones. Solo el todopoderoso Barça ha sido capaz de doblegar a un equipo que no falla. El que le gana, es porque es mejor (lo del Levante no vale, fue contra el "B", y tres empates a domicilio en la primera vuelta de la Liga es un magnífico registro). Este año no habrá accidentes, ni "alcorconazos", ni nada por el estilo. A la clasificación ha contribuido muy mucho que su rival ha sido un Atleti que contra su vecino da el 30% de lo que tiene. Y este año no va muy sobrado. Conclusión: dos victorias merengues, 4-1 global y a esperar al Sevilla, con el horizonte de una final contra el eterno rival que parece anunciada desde hace meses.

Mención especial merece ese jugador de Play Station llamado Cristiano Ronaldo. Su taconazo al final de la primera parte, que deja mano a mano a Di María con De Gea, es una auténtica obra de arte. Para enmarcar. Lástima que el argentino (segundo partido consecutivo flojo, empieza a notar el peso de los minutos) no aprovechara el regalo. Era la asistencia de la temporada. Antes, Cristiano había marcado su 32º gol de la temporada, en 30 partidos disputados. Desde que llegó al Madrid, lleva 65 en 65. Brutal. Es el pichichi de la Liga y de la Copa, es una bestia.

En cuanto al Barça, su paseo en el partido de ida (similar al del Madrid ante el Levante en octavos) le quitó a la vuelta cualquier tipo de atractivo. Un mero trámite para los suplentes (más Messi, Piqué y Xavi, un crack por línea por si las moscas) que, en un inicio de partido vertiginoso de los béticos, pareció tener historia. Pero llegó Messi para dejar las cosas claras, con su golazo de rigor (también lleva 32, es otra bestia). Se acabó la eliminatoria. El Betis acabó ganando el partido, con un meritorio juego y una aún más meritoria actitud, pero el cruce solo duró los 90 minutos del Camp Nou.

Así que ahí tenemos a los dos mejores equipos de España (quizá también de Europa), camino de verse las caras en una final que tiene pinta de ser el acontecimiento del año (salvo que en el campo solo haya un equipo, como pasó en el derbi de la Liga) y que, si los sorteos lo permiten, puede repetirse también en la Champions. El fútbol español ahora mismo vive bajo la dictadura de los dos grandes, más grandes que nunca (en buena parte por el valor añadido que suponen Messi y Cristiano, esos dos gigantes) y es innegable. El resto deben conformarse con las migajas, con darlo todo cuando se enfrenten a ellos y esperar que suene la flauta (como le sonó al Hércules o al Almería). Están en otro mundo. Ojalá la Champions nos dé la oportunidad de verles cara a cara en una eliminatoria, sería apasionante. Y ese espectáculo perdonaría en cierto modo el régimen dictatorial al que han sometido al fútbol español.

P.D.: Dos detalles que no hacen justicia con la que es la mejor afición de España, la colchonera: en la ida, los 1.200 atléticos que fueron al Bernabéu no respetaron el minuto de silencio por Juanito Navarro; en la vuelta, volvieron a escucharse los gritos de "Mourinho muérete". Ambas cosas me parecen lamentables, asquerosas, pero hay que adjudicárselas a una minoría que para nada representa a esa maravillosa e incansable afición colchonera.

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