Hace varias décadas, en las épocas de los insaciables Hinault, Anquetil, Mercks, Bugno, Maertens... un ciclista no sólo participaba en el doble e incluso el triple de pruebas que en la actualidad, también recorría muchos más kilometros en carrera y competía muchos más días. Sobretodo "competía". De febrero a noviembre los más grandes disputaban a muerte cada prueba en la que participaban dejandose la piel en cada llano, arriesgando a muerte en cada bajada y sufriendo como perros en cada montaña con el único objetivo de lograr la victoria degustando el honor y la gloria que se concede al ganador. Ahora, parece que toda esa épica ha caido en el olvido ante señoritos de la bicicleta como, el para muchos idolatrado, Andy Schleck.
Cuando hace ya 12 años, en 1999, Lance Armstrong ganó el primero de sus siete Tours de Francia inauguró una costumbre que parece, que poco a poco va acabando con el ciclismo de competición. Hasta entonces los corredores disputaban una o dos grandes vueltas por etapas, varias clásicas y vueltas menores... y en todas ellas intentaban cumplir un digno papel. Ahora los más grandes disputan el Tour, llegando a él con cada vez menos días de competición como sí les provocara alergia el juntarse en pelotón con el resto de sus compañeros de profesión. Y si un loco, veáse Contador, se intenta salir de la norma y piensa disputar dos grandes seguidas !qué crimén, qué desfachatez! siempre sale el acomodado de turno, que le recuerda que lo que hace es un error. Aquí volvemos al mismo personaje de antes, al "gran Andy Schleck".
No quiero hacer sangre del luxemburgués, antes de nada he de explicar que me parece un magnífico corredor, muy joven, gran escalador y con mucha mucha clase, pero con un enorme defecto o mejor dicho dos. Su comodidad y su falta de carácter ganador. A lo largo de la historia, corredores de la calidad de Andy tendrían a sus espaldas decenas de victorias de etapa, clásicas y vueltas grandes y pequeñas. Éste no, quitando los segundos puestos en Tour y Giro (que no son victorias) y victorias en el Campeonato de Luxemburgo (en el que corren 3 o 4 y uno es su hermano) su palmarés se limita a dos etapas del Tour (una de ellas regalada por Contador, que ní siquiera le esprintó) y una Lieja. Para lo bueno que es, una birria (por no decir algo peor) de palmarés, teniendo en cuenta que sí a la mitad de las carreras no fuera a pasearse, habría ganado el triple de cosas.
Está de moda la figura del ciclista conformista, que va a rellenar a las carreras porque su equipo necesita llevar un mínimo de corredores, que ni se implica ni se esfuerza se limita a rodar y luego dice que todo era un entrenamiento. Ojalá un día vuelva el ciclismo de los grandes, de aquellos que salen a morir sobre su bici en cada parte del globo en la que tienen el privilegio de correr. Ojalá hoy día hubiera más gente como Contador, Voeckler, Sagan o Gilbert que salen siempre a demostrar que son los mejores y dan visibilidad a su patrocinador devolviéndoles con prestigio la confianza puesta en ellos. Otros se limitan a correr una vez al año y el resto del tiempo a vivir bien. A esos una vez retirados nadie les recordará pues no dejaron su nombre escrito en los libros de la historia del ciclismo por su falta de compromiso.
Siempre recordaré como uno de los momentos más grandes vividos como seguidor de este maravilloso deporte la carrera en ruta de los Juegos Olímpicos. En una prueba llena de favoritos y primeras espada el mayor de ellos declaró, seguro de si mismo, que iba a ganar el Oro. Muchos le tomaron por loco, todos le marcaron especialmente pero llegó la carrera y ganó. Fue Paolo Bettini otro de los que nunca se rendían y ahora su nombre pervive en el firmamento.
Por Alejandro Salguero
twitter: salguerito88
Gran artículo, si señor. Criticanto la forma en que se plantean el ciclismo a día de hoy casi todos los ciclistas del pelotón, salvo honrosas excepciones como Contador, Cancellara, Vinokourov, Gilbert o hasta el hoy día sancionado Valverde.
ResponderEliminarPor ponerte un ejemplo, y en este palmarés no cuento nada de lo realizado por ambos en el Tour de Francia. Armstrong ha obtenido en Europa 34 victorias, muchas de ellas de nivel medio-bajo, por 71 de Indurain, que no era ni mucho menos un ganador nato, aunque de esas 71, el 30% también serán de un nivel bajo, pero si consiguió un Record de la hora, podium en las otras dos grandes...
Lastima por este ciclismo que comenzó a implantar Lance y que ahora tienen asumidos casi todos!!