miércoles, 4 de mayo de 2011

La oportunidad perdida del Barça

Anoche concluyó ese pedacito de la historia del fútbol que hemos tenido la suerte de haber vivido: el 'Rally de Clásicos', 4 partidos en 18 días entre los dos mejores equipos del país Campeón del Mundo. Ha sido apasionante, vibrante, intenso, algo irrepetible. Al margen de lo extradeportivo (que se ha exagerado al máximo como consecuencia de ser un acontecimiento sometido a la máxima exposición mediática mundial), hemos asistido a un evento deportivo de primer orden, algo que nunca había pasado desde que los ingleses se inventaran esto del fútbol allá por el siglo XIX.

Los jugadores del Madrid celebrando el título de Copa del Rey


La lectura que hago sobre lo que han sido estos cuatro Madrid-Barça consecutivos es que los culés han perdido una oportunidad histórica de asestar un terrible golpe a su rival. Un golpe en cuatro tiempos que dejara KO a los merengues y que hubiera sumido al club en una crisis enorme. Esto se hubiera producido si el Barcelona hubiera ganado los cuatro partidos dejando una sensación de superioridad clara, palpable e irrebatible. Condiciones para ello se daban más que nunca: el que para muchos es el mejor equipo de la historia del fútbol (de que es el mejor Barça nadie duda) se medía a un eterno rival que por octavo año consecutivo ha empezado su proyecto de cero, que llevaba tres años sin ganar un título, que ofrecía un juego más pobre y menos efectivo y que afrontaba el reto encomendándose a Mourinho, a quien la parroquia blanca le ha dado a la desesperada un cheque en blanco para que intente frenar la sangría que el excelso Pep Team ha causado.

El destino puso este maratón de enfrentamientos en el mejor momento de la historia del Barça y ante un Madrid en proceso de reconstrucción. Haber ganado en el Bernabéu en Liga por tercer año consecutivo, haber vencido en la final de Copa y haber eliminado a los blancos de la Champions ganado en la ida y en la vuelta hubiera supuesto un mazazo de proporciones colosales y, no nos engañemos, era algo factible. Un gran reto a la altura de un gran equipo. La historia estuvo muy lejos de ser esa.

El resultado final ha sido que el Barcelona solo fue capaz de ganar un partido, el de ida de semifinales de la Champions, empatando en la vuelta y en el choque liguero y sucumbiendo en la final de Copa, en el único encuentro que otorgaba título. El Barça sale del 'Rally' con la Liga ganada y la final de Wembley en el horizonte, pero la primera ya la tenía en el bolsillo antes y la segunda pocos dudan de que la hubiera conseguido ante cualquier otro equipo de Europa. A cambio, se dejó esa Copa del Rey que este año tenía un sabor especial, por mucho que ahora le resten valor quienes resultaron perdedores que, curiosamente, son los que más veces han ganado esa competición que ahora desprestigian. Pero sobre todo, dejó pasar la oportunidad de aniquilar a su eterno rival que, para más inri, jugó dos tiempos enteros (Liga e ida de la Champions) con un jugador menos.

El mejor equipo de la historia marcó solo un gol más que el Madrid en el 'Rally' (4-3), ganó los mismos encuentros (1) y no hizo ningún partido para el recuerdo. No hubo 2-6, ni 5-0, ni una gran victoria, ni un juego asombroso y apabullante. Sé que es muy impopular lo que digo pero para mí, el Barça no estuvo a la altura de lo que cabía exigirle. Y no vale decir que el Madrid estuvo peor, porque las condiciones en que uno y otro afrontaban el reto eran muy distintas. Los blancos han hecho mucho, muchísimo más, de lo que todos esperábamos. Han disputado todos los partidos, todos los resultados, aun siendo gravemente perjudicados por errores arbitrales en dos de ellos, y se han llevado el único título que la maratón de clásicos decidía. Sí, el Barcelona ha dejado pasar un tren que probablemente nunca más vuelva.

Por David Martínez García (@davidmartinezg)

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