jueves, 5 de mayo de 2011

El Madrid quiere volver a ser 'grande'


Este fin de semana el protagonismo deportivo no será para el fútbol, el deporte rey cede su corona al BA-LON-CES-TO. Barcelona y más concretamente el Palau Sant Jordi acogerá la Final Four 2011, que dilucidará quién sucede al Barcelona como mejor equipo del continente. El Real Madrid de ‘Lele’ Molin, el Maccabi de David Blatt, el Panathinaikos de Zeljko Obradovic y el Siena de Simone Pianigiani son los equipos que se han hecho acreedores de un billete para pasar el fin de semana del 6 al 8 de mayo en la ciudad condal.

Real Madrid VS Maccabi Tel-Aviv. (Viernes, 21:00).


El conjunto blanco vuelve a una Final Four después de 15 años sin hacer acto de presencia y 16 años después de conquistar su último título. El equipo más laureado del continente, 8 Copas de Europa jalonan su palmarés, vuelve al lugar que nunca debió abandonar. Llega a Barcelona con una plantilla joven e inexperta (solo Prigioni y Vidal saben lo que es disputar una Final Four), pero con unas ganas enormes de demostrar que su presencia en el Sant Jordi no es una casualidad, tras un año convulso después de la ‘espantada’ de Ettore Messina allá por el mes de marzo. El catanés dejó al club en la estacada con el objetivo de, “ayudar a que los jugadores den un paso hacia delante” y pese a lo discutible de su decisión parece que sus palabras fueron proféticas, ya que sus pupilos respondieron dejando en la cuneta al Power Electronics Valencia.

‘Lele’ Molin, ayudante de Messina, se hizo cargo del equipo y pese a los rumores que hablaban de ‘autogestión’ del vestuario, ha sabido dar estabilidad y tranquilidad a sus jugadores. Enfrente estará el Maccabi, un equipo con cinco Copas de Europa y acostumbrado a pelear todos los años por el cetro continental. Durante la primera década del siglo XXI, los israelíes alcanzaron la Final Four en 2000, 2001 (campeón Suproliga), 2002, 2004 (campeón), 2005 (campeón), 2006 y 2008, mientras que el Real Madrid no llegó una sola vez. Por tanto es un equipo experimentado y acostumbrado a estar en las grandes citas, algo que al Madrid se le ha olvidado y que tendrá que empezar a recordar si quiere reverdecer laureles.

Pese a su juventud, el equipo blanco ha demostrado carácter consiguiendo victorias en plazas tan complicadas como Belgrado, Siena o Estambul. El punto débil del Real Madrid, seguramente fruto de esa inexperiencia, es su irregularidad, como demuestran las recientes derrotas ante CAI Zaragoza y Fuenlabrada. Los de Molin deben ser conscientes de que la defensa les ha hecho llegar hasta allí, ya que cuando se olvidan de 'bajar el culo' se transforman en un equipo vulgar y asequible. Si el partido se va a los 80 puntos el Real Madrid tendrá muy complicado pasar a la gran final. Por tanto, las claves serán mantener la concentración defensiva durante los 40 minutos, cargar el rebote ofensivo y tener un día aceptable desde la línea de 3. David Blatt, además de quitarse la aureola de favorito, ha asegurado que al jugador que más teme es a Sergio Rodríguez. Viendo su rendimiento este año, parece una quimera pensar que el canario vaya a ser decisivo en el partido, aunque quizás pueda ejercer de tapado como ya hizo en la Copa del Rey.


El conjunto macabeo es un equipo físico, que despliega un juego alegre y que se lanzará al contraataque cada vez que tenga oportunidad. En ello es clave la dirección de Jeremy Pargo, máximo anotador del equipo (13) y jugador que más minutos disputa (29). Pablo Prigioni y Sergio Rodríguez tendrán que emplearse a fondo para frenar al atlético base norteamericano. Por ahí puede aparecer la primera vía de agua para los blancos y no sorprendería que Sergio Llull tuviera que arremangarse para ayudar a pararle. La línea exterior cuenta con un alero multiusos, al más puro estilo Pete Mickeal y zurdo también, a los que hay que sumar a los veteranos David Bluthental y al hijo pródigo Tal Burstein. La baja del poderoso Doron Perkins, un base que anota, rebotea y asiste es una excelente noticia para los blancos.

En la zona esperará Sofoklis Schortsanitis, ‘Baby Shaq’ está cerca de su mejor versión, aquella que deslumbró en los JJ.OO de Pekín destrozando el juego interior de los mismísimos EEUU. El Real Madrid cargará el juego en Ante Tomic durante los primeros minutos con el objetivo de cargar de faltas al pívot griego y si no lo consigue, en la recamara aguarda D’or Fischer, ex de Maccabi, y que en la Euroliga mejora su rendimiento. El Madrid sufre mucho para frenar a los ‘5’ rivales y más, cuanto mayor es su volumen. El otro gran peligro vendrá de la mano de Lior Eliyahu, que ha vuelto a casa tras su fiasco en Vitoria. Otro dato a tener en cuenta es que Maccabi baja mucho su rendimiento fuera de Israel, aunque bien es cierto que se sentirá como en casa, ya que 5000 aficionados abarrotarán el Palau Sant Jordi.

Panathinaikos VS Siena (Viernes, 18:00).

El equipo griego es el gran favorito para alzar al cielo del Sant Jordi la Copa de Europa, poseen la mejor plantilla y cuentan con el entrenador más laureado, Zeljko Obradovic. El serbio es un especialista en las Final Four, como demuestran los 7 títulos sumados con cuatro equipos distintos (Partizan, Joventut, Real Madrid y Panathinaikos). Y es que en esta semifinal se enfrentan dos perfeccionistas, dos mentes privilegiadas a la hora de planificar los partidos y dos enfermos de la defensa, ya que en el otro banquillo se sentará Simone Pianigiani. El técnico italiano va camino de convertirse, sino lo es ya, en uno de los mejores del continente.


El Siena despliega la mejor defensa de la competición dejando a sus rivales en unos pírricos 67, 75 durante la ‘Regular season’ y el ‘Top 16’. Además el equipo de la Toscana posee un intangible que le hace temible,  nunca se rinde. Esta virtud fue la que le devolvió la vida tras sufrir una sangrante derrota ante Olympiakos (89-41), que a cualquier otro equipo le hubiera dejado K.O en la lona. Pero el equipo italiano supo levantarse y convertir esa paliza en una anécdota, ganándole tres partidos consecutivos al mayor presupuesto de Europa en una remontada épica. En Siena ningún jugador destaca sobre el resto, todos son soldados rasos dispuestos a luchar sin respiro y a dejarse la piel durante 40 minutos. Aunque Bo McCaleeb, el ‘novato’ que ha hecho olvidar a Terrell McIntyre, y Rimantas Kaukenas, un ‘veterano’ francotirador, son la vanguardia del equipo y sus máximos anotadores. En el juego interior, el rocoso Milovan Rakovic, el inteligente Shaun Stoonerok y el talentoso Krystof Lavrinovic cumplen con su cometido.


Y que decir de Panathinaikos, pues basta con enumerar a sus jugadores. Por fuera; Nicholas Calathes, Dimitrios Diamantidis, Drew Nicholas, Stratos Perperoglou, Romain Sato y Milenko Tepic, y por dentro; Mike Batiste, Antonis Fotsis, Aleksandar Maric y Kostas Tsartsaris. Con una plantilla así y tras dejar al Barcelona sin ‘su’ final, los atenienses llegan con todo a su favor para reconquistar Europa tras el accidente del año pasado, en el que no pasaron del Top 16. Mención aparte merece Diamantidis, seguramente el mejor jugador de la Euroliga. Sus números; 12,6 puntos, 3,8 rebotes, 6 asistencias, 1,6 robos y 18,1 de valoración, son espectaculares. Pero no es solo eso, es inteligencia, es carácter y es liderazgo. En una plantilla tan completa, cualquier jugador puede asumir la responsabilidad ofensiva, lo que obligará a Siena a multiplicarse si quiere frenar al equipo del trébol.

Por Roberto C. Rascón. @rcrascon

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