Permitirán nuestros lectores que hoy me sustraiga de escribir sobre algún aspecto del deporte en sí para desarrollar una breve reflexión sobre quienes se dedican/nos dedicamos a informar e interpretar la actualidad del mismo. El periodismo deportivo no está en un buen momento, es evidente. Pero pocas veces había visto un encadenamiento de hechos que corroboren una teoría como los acontecidos en las últimas jornadas. Ha sido algo impresionante. Se han alcanzado cotas que ya rayan con el subsuelo y que prácticamente fijan un punto de inflexión: no se puede caer más bajo, es imposible ejercer esta labor profesional de manera más sensacionalista y más alejada de los cánones que se supone deberían regir a la hora de hacer periodismo deportivo.
Florentino Pérez, celebrando el gol de Benzema ante el OL | lainformacion.com |
La gota que colmó el vaso de mi paciencia fue la más de media hora que ayer dedicaron los contertulios de 'Punto Pelota' (Intereconomía, domingo a jueves, 0:00-2:30 h) a debatir sobre si el espontáneo gesto del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, poniéndose en pie en el palco del estadio de Gerland para celebrar el gol de Benzema el pasado martes, es o no aceptable, está o no justificado. Treinta minutos de largas y vacuas divagaciones, elaborando las más peregrinas argumentaciones para sostener una y otra teoría, sobre un tema de nulo interés periodístico. Fue un espectáculo lamentable, indigno de un programa que pretende serlo de debate sobre la actualidad futbolística.
Pero el circo de anoche en el programa que dirige el por otra parte muy capaz Josep Pedrerol fue solo el colofón a la semana larga que llevamos soportando ejemplos de lo que no se debe hacer en este sector del periodismo. Hemos asistido atónitos a la transmutación de muchos diarios deportivos en prensa del corazón. Literalmente. La oficialización de la relación sentimental entre el futbolista del Barcelona, Gerard Piqué, y la cantante Shakira ha eclipsado toda información deportiva en varios medios del sector, convirtiéndose en noticia principal y relegando a un segundo plano todo lo demás. Este mismo martes, 'Sport' titulaba a cuatro columnas: "No se esconden", en referencia a la citada pareja, e ilustrando la "noticia" con una foto de los protagonistas, cazados juntos en el coche a la salida de un restaurante. Ese mismo día tenía lugar la tercera jornada de los partidos de ida de octavos de final en la Champions League y no habían pasado ni 48 horas del meritorio y sufrido triunfo del Barça ante el Athletic en la Liga. Pero ni esto ni nada era más importante que las fotos de la pareja de moda para el citado periódico, cuya segunda noticia más destacada en portada eran las declaraciones de Ruby implicando a Cristiano Ronaldo en el 'Caso Berlusconi'.
Pero hay más. También este martes, el diario 'Marca' incluía en su portada la imagen ficticia de un Cristiano con la boca ensangrentada, para ilustrar las por otra parte lamentables declaraciones de Pandiani, asegurando que el delantero portugués "en mi país hubiera tenido que ir al dentista". Ejercicio de sesacionalismo insuperable por parte del periódico que dirige Eduardo Inda, principal abanderado de la ola de degeneración que inunda el periodismo deportivo español en la actualidad.
El diario 'As' no se quedó atrás con la "desaparición" del defensa del Athletic de Bilbao que marca si es o no fuera de juego la polémica jugada que tratan de ilustrar con la mencionada infografía incompleta. Hay que reconocerles que al menos su director, Alfredo Relaño, pidió disculpas y aseguró sentirse avergonzado por lo sucedido. Es de agradecer en los tiempos que corren.
Por último, mencionar las salidas de tono del periodista de la COPE Juan Antonio Alcalá en su perfil de Twitter, atacando con inusitada ira y rencor a algunos de sus excompañeros en la Cadena SER, en especial a Daniel Anido y Laura Martínez; la paupérrima retransmisión de Sergio Sauca y su equipo en el partido Olympique de Lyon-Real Madrid ("por fin el Madrid ha logrado sacar un punto de aquí" fue la penúltima de las perlas escuchadas en el citado espacio) o el comentario de ayer de Manu Carreño en Deportes Cuatro: (...) aunque el Madrid ayer no vistió de blanco (...). En fin, una cascada de falta de profesionalidad y de rigor, de exceso de amarillismo y sensacionalismo, que dejan al sector a la altura del betún.
Quienes estamos ya hartos de estas prácticas debemos denunciarlo y dejar claro que esta gente está muy lejos de lo que se pretende sea nuestra profesión y de lo que nostros pretendemos hacer cuando decimos que queremos dedicarnos a esto.
No le pongo ni le quito una coma.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegro de que te haya gustado. A veces sienta bien escribir desde la indignación...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu denuncia sobre el estado del periodismo deportivo español.
ResponderEliminarA todos nos gusta la polémica y el morbo, y ciertamente es lo que más vende, pero los diarios deportivos tienen obligación de informar con rigor. Hace unas semanas España ganó la medalla de bronce en el mundial de balonmano, y había que desplazar la barrita del explorador hasta el final de la página para ver la noticia en MARCA o AS. Otras veces, algún personaje es noticia por cierto motivo, y sólo sacan en portada o titulares sus declaraciones sobre la polémica de turno sobre Mourinho y Guardiola, sobre Messi y CR7...
Parece que los diferentes medios sólo buscan el amarillismo, el morbo, todo lo que venda, relegando a un segundo plano la información. Eso y el forofismo, que parece que, en el actual ambiente de crispación, es lo que más demandan los lectores de a pie.
Sin embargo, a mí lo que me preocupa más son las guerras de poder, las campañas de desprestigio o de encumbramiento a ciertos personajes, y los ataques a la credibilidad e integridad de otros periodistas deportivos, como el ejemplo que pones de Alcalá.
Me parece que muchos periodistas se creen auténticos protagonistas. Han cambiado sus roles, y en lugar de contar la actualidad ellos la crean. Los medios, los líderes de opinión y por consiguiente la opinión pública es el mayor poder social. Un poder capaz de echar presidentes, entrenadores, jugadores... Y también traerlos. Un poder que les gusta demasiado ejercer, como a Eduardo Inda; y un ego sobrealimentado como el que tienen últimamente las superestrellas del periodismo deportivo...
Muy preocupante. Y sobretodo la falta de entendimiento y capacidad de sacar sus propias conclusiones del lector medio.
Enhorabuena por el blog y espero veros en http://www.ganasdematar.blogspot.com