Uno de los mejores '9' de la historia nos abandona tras maravillar a todos los aficionados al fútbol durante 17 años. Ronaldo Luís Nazário de Lima nació en Río de Janeiro el 22 de septiembre de 1976. 34 años después, el delantero brasileño no puede más y dice adiós a los terrenos de juego tras media vida dedicada a lo que más le gusta, jugar al fútbol. Estos años le han servido al brasileño para vivir la cara y la cruz del fútbol, pero sobre todas las cosas le han servido para demostrar porque el pasado 14 de febrero dijimos adiós a un grande del fútbol. Y es que Ronaldo ha dejado de divertirse con la pelota en los pies, como el propio futbolista aseguraba en la rueda de prensa en la que anunciaba su retirada: “es muy duro abandonar algo que me hizo tan feliz, que tanto amé y con lo que quería seguir, pero tengo que asumir algunas derrotas”, para acabar sentenciando con un impotente, “perdí contra mi cuerpo”.
‘O Fenômeno’ inició su carrera en el Cruzeiro, pero los ávidos ojeadores europeos no tardaron en reparar en la enorme calidad del entonces espigado delantero. Así el PSV Eindhoven no lo dudó y se hizo con los servicios de la nueva perla brasileña. Antes le había dado tiempo a conquistar su primer Mundial con la ‘canarinha’, aunque eso si con una presencia testimonial, ya que no disputó un solo minuto. En el equipo holandés Ronaldo no requirió de un período de adaptación, ya que nada más aterrizar en suelo europeo empezó a perforar sin piedad las porterías rivales, alcanzando la estratosférica cifra de 42 goles en 46 partidos. Sus espectaculares números llamaron la atención de uno de los grandes de Europa, el FC Barcelona. El equipo catalán desembolsó 2500 millones de pesetas por el jugador (cifra récord en la época) tras declararse éste en rebeldía. En Can Barça disfrutaron del mejor Ronaldo.
Tras una temporada espectacular, en la que el brasileño sigue dejando un reguero de goles a su paso (anotó 47 en 49 partidos), abandona Barcelona rumbo a Milán. En un año Ronaldo regala a las vitrinas culés una Copa del Rey, una Recopa de Europa y una Supercopa de España. Pero no solo dejó títulos, sino que también ofreció imágenes que quedarán grabadas para siempre en las retinas de los aficionados al fútbol, como el mítico gol al Compostela. Un tanto pleno de potencia y técnica, y es que pocos jugadores han sabido conjugar tan bien estas dos características. El brasileño no tardó en acostumbrarse a un fútbol tan difícil como el italiano y con su primer Balón de Oro bajo el brazo (1997) lleva al Inter de Milan a levantar la Copa de la UEFA ante la Lazio , anotando el tanto que cerraba la goleada (3-0). Ronaldo llega al Mundial de Francia dispuesto a consagrarse como el mejor jugador del mundo.
Pocos jugadores conocen tan bien como Ronaldo el lado oscuro del fútbol y es durante ese verano en tierras galas cuando el brasileño inicia su particular calvario. La ‘canarinha’ cumple los pronósticos y se planta en la final ante el anfitrión, la Francia de Barthez, Desailly, Deschamps, Guivarc’h y un ‘10’ genial. El 12 de julio de 2008 y con Saint-Denis de testigo se enfrentan los dos mejores jugadores del mundo, Ronaldo y Zidane. Solo podía quedar uno y fue el francés, que con dos tantos se convirtió en el héroe del encuentro. La polémica rodeó a Ronaldo en las horas previas al encuentro, en las que el delantero sufrió unas convulsiones que pusieron en peligro su participación en la final. Pese al fiasco mundialista, el ‘9’ de la ‘canarinha’ supo levantar la cabeza y resarcirse al año siguiente conquistando la Copa América, siendo el máximo goleador con cinco tantos junto a su compañero Rivaldo.
Entonces hacen su aparición las lesiones, el gran quebradero de cabeza del brasileño. ¿Hasta dónde hubiera llegado Ronaldo si las lesiones no se hubieran cruzado en su camino? Desgraciadamente nunca conoceremos la respuesta a esta pregunta, aunque queda claro que tras las lesiones no se volvió a ver al mejor Ronaldo. En un Inter-Lecce celebrado el 21 de noviembre de 1999 Ronaldo se rompe el tendón rotuliano. Tras seis meses de baja reaparece y en su primer partido, la fatalidad quiere que el brasileño vuelva a destrozarse el maldito tendón. La imagen del delantero gritando de dolor y con lágrimas en los ojos dio la vuelta al mundo.
La lucha de Ronaldo tuvo su premio y en el verano de 2002 Scolari agradece su esfuerzo convocándole para el Mundial de Corea y Japón, dándole la oportunidad de volver a ser grande. El brasileño no la desaprovecha y resurge de sus cenizas demostrando que no se le ha olvidado meter goles, convirtiéndose en la Bota de Oro mundialista con 8 goles. Ronaldo vuelve a poner a todo el planeta fútbol a sus pies anotando los dos goles en la final ante Alemania (2-0) y dándole a Brasil su añorado ‘Pentacampeao’.
Tras su fulgurante regreso, el Real Madrid llama a su puerta y Ronaldo aterriza en la capital de España. El 6 de octubre de 2002 y tras muchas dudas, ‘O Fenômeno’ hace su debut con el equipo blanco ante el Alavés. Sale al terreno de juego en el minuto 64 y un sesenta segundos después recibe un pase de Roberto Carlos, controla con el pecho y con su tranquilidad habitual conecta una volea que se incrusta en la escuadra para delirio de los madridistas. Minutos después haría el segundo para cerrar un debut inmejorable. En el Madrid conquista dos Ligas, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y una Copa Intercontinental, además de recibir su segundo Balón de Oro (2002). Finalmente no pudo cumplir su sueño de conquistar la Copa de Europa con el Real Madrid, aunque en esa competición dejó exhibiciones para el recuerdo, como el ‘hat-trick’ en Old Trafford, que provocó la cerrada ovación de los aficionados ingleses. Tras el fracaso de la ‘canarinha’ en el Mundial de Alemania, en plena decadencia ‘galáctica’ y motivado por su mala relación con Fabio Capello, Ronaldo abandona el Real Madrid y vuelve a Milan, en este caso a engrosar el bando ‘rossonero’.
Tras su salida del Real Madrid, no se volvió a ver al mejor Ronaldo. Sus dos años en el Milán se saldaron con una nueva lesión de rodilla, que le a alejó de nuevo de los terrenos de juego durante casi un año. Otra vez el maldito tendón rotuliano volvía a agriar la eterna sonrisa del brasileño, aunque en este caso era la rodilla ‘buena’ la que le daba el disgusto Con más pena que gloria Ronaldo decide abandonar Europa y volver a 'casa', fichando por el Corinthians. En su vuelta a Brasil al delantero le da tiempo a conquistar una Copa de Brasil y un Campeonato Paulista. Aunque lo más destacado de sus últimos años han sido las tristes imágenes de un jugador fuera de forma que nos llegaban periódicamente. El otrora espigado Ronaldo ofrecía unas imágenes indignas que eclipsaban al gran jugador que había sido, en las que su barriga cobraba todo el protagonismo. El pasado 2 de octubre en declaraciones a la televisión brasileña 'O Globo' el entonces jugador del Corinthians anunciaba: "mi idea es jugar hasta diciembre de 2011 y acabar mi carrera", incluso se establecía un objetivo, "la Copa Libertadores es mi gran obsesión". Finalmente Ronaldo no ha podido cumplir su última apuesta, pero siempre nos quedaran sus ya míticas cabalgadas repletas de fuerza y potencia con único objetivo, el gol.
Por Roberto C. Rascón. @rcrascon
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