martes, 26 de abril de 2011

¡Por fin Gilbert!

Gilbert celebra, victorioso, su triunfo en Lieja
Han pasado ya dos días desde la Lieja-Bastogne-Lieja, pero se me siguen poniendo los pelos de punta pensando en la hazaña de Philippe Gilbert. El belga, después de varios años intentándolo, por fin pudo ganar "su clásica". La falta de fuerzas de los hermanos Schleck en los últimos kilómetros le allanó el camino para lograr el llamado "triplete de las Ardenas". Todo culminado con un sprint fácil en la famosa recta de Ans, cada año más soleada, pocas veces tan de fiesta como el pasado domingo.


Criado casi al pie de la escarpada Col de la Redoute, Gilbert se ha convertido en el maestro de las colinas de su generación. Consciente de la presión que los belgas mantienen sobre sus ciclistas, a la espera de un nuevo Merckx o un nuevo De Vlaeminck, el de Verviers se fue a Francia, donde el entorno familiar y pacífico de Marc Madiot le permitió iniciarse en las clásicas con la Française Des Jeux, donde ya cosechó algunos triunfos -muy significativas sus dos victorias en la Omloop Het Volk-. De su maduración, lenta pero imparable, se aprovechó a partir de 2009 el Omega-Pharma Lotto. Ya acostumbrado a la presión de la élite, Gilbert volvió a su país para labrarse, desde entonces, un palmarés notable y para ganar el reconocimiento de los aficionados y de sus propios compañeros.

No hubo color en el sprint. El belga habría ganado 99 de 100 veces sobre Frank y Andy Schleck, cuya velocidad sólo importa cuando el gradiente se torna invencible para muchos otros ciclistas. Como en los últimos tres años, la cota de la Roche-Aux-Fauçons se convirtió en el tramo determinante de la prueba. Sólo Gilbert siguió la estela del desaforado ataque de los hermanos luxemburgueses, que llevan ya varios años haciendo de las suyas en la explosiva subida. Sin embargo, de ahí en adelante se lo pusieron en bandeja a su rival. Prefirieron asegurar el podio antes que inmolarse en pos de la victoria -y de una más que previsible "pájara"-. El dos contra uno duró cinco minutos. Igualmente, es de alabar su compromiso con las clásicas. Otros corredores pasaron totalmente desapercibidos un año más. 

Gilbert cumplirá 29 años en julio, justo en pleno Tour de Francia. Aprovechará la forma de la carrera francesa para encarar las clásicas de agosto y llegar al último tramo del año lo más fino posible. El domingo, una enorme carpa blanca le daba la bienvenida mientras el pelotón subía La Redoute. Ahora que ya lo ha conseguido, ahora que por fin ha ganado la Lieja, me pregunto hasta dónde llegará el simpático valón. A día de hoy, su único enemigo es él mismo, pues no parece que haya nadie capaz de pelear por su cetro. Su evolución táctica es indiscutible, cada vez lee mejor las carreras. Por otro lado, su fuerza y su experiencia están en plena madurez, año a año es más potente y resistente. De seguir así, estamos ante la progresión de uno de los mejores clasicómanos del ciclismo reciente.

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