Le fallan las piernas al de Pinto. Pero brega y lucha, no desfallece. Ha ganando tres Tours, dos Giros, una Vuelta… pero el ciclista se levanta de la bicicleta y hace un último esfuerzo para intentar no descolgarse. Parece que puede permanecer a rueda, pero finalmente se descuelga y pierde tres minutos y cincuenta segundos con el vencedor de la etapa, el luxemburgués Andy Schleck.
Sí, hablo de Alberto Contador. Aquél que nos ha dado tantas alegrías. El ciclista que nos puso en vilo cuando saltó la alarma de su positivo. Aquél en el que de una forma u otra todos depositamos nuestra confianza sobre su inocencia.
El pinteño podía haber hecho un desprecio a la carrera gala. Ha llegado a este Tour después de arrasar en uno de los Giros más complicados, pero su amor propio le ha impulsado a disputarlo con todo en su contra.
Sus rivales parecían llegar en su mejor momento para proclamarse vencedores de la ronda francesa. Evans, más sólido que nunca, aguanta las escasas embestidas a las que le someten. Siempre a rueda, ayer se vio obligado a tener que afrontar los problemas: se le escapaba el Tour. Acertadamente, impuso un ritmo fuerte que iba dejando en la estacada a sus rivales. Por fin tomó la iniciativa.
Los Schleck, ayer dejaron de ser una pareja de paseantes para ser dos ciclistas de alta competición. El pequeño, Andy, debió ver el día antes etapas de hace treinta años o más, donde el coraje y el esfuerzo solían tener premio. Atacó a 60 kilómetros de meta. La estrategia del equipo (del cual carece Contador) fue perfecta, pero si las piernas de uno no acompañan la estrategia será nula. El mayor, Frank, se mantuvo en el grupo de los favoritos y luego se lució para completar un doblete fraternal.
Voeckler. Mención especial para el francés. ¿Quién esperaba que aguantara tanto el jersey amarillo? Cierto es que salvo el de Andy ayer, no se han producido ataques feroces. A dos días para llegar a los Campos Elíseos el francés lo tienen muy complicado, pero aún puede soñar con ello y más aún con subirse en uno de los tres peldaños.
Quizá este Tour hubiera sido muy distinto si Contador estuviera en el estado de forma de hace un año, o incluso un mes. Asegurado hubiera quedado el espectáculo, que no ha llegado hasta tres días antes de finalizar la ronda francesa. “La victoria es imposible”, dijo a su llegada a meta. Este año está muy complicado sí, pero si de alguien se puede esperar un imposible en el ciclismo, de ese alguien tiene nombre: Alberto Contador.
Por Javi P.T.
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