Tras más de un año sin competir después de dar positivo por hidroxietil. Un producto que ni siquiera aparece en la lista de sustancias prohibidas por la Unión Ciclista Internacional (UCI). Ezequiel Mosquera se enfrenta ahora a la posibilidad de ser sancionado con dos años, lo que a su edad, 36 años, sería el final de su carrera ciclista.
Lo que se está haciendo con Mosquera es una injusticia desde el principio del caso hasta ahora. No se le ha dejado competir, cuando a otros en su misma situación si se les ha permitido por el simple hecho de haber ganado un par de Tours. Nadie ha dado la cara por él. Ni su equipo, ni los medios de comunicación, ni siquiera las altas instancias deportivas del país. Todos aquellos que le ensalzaron tras su victoria en la Bola del Mundo en 2010, los que soñaban con el triunfo del ciclista del equipo pequeño, le han dado la espalda al conocer su positivo. Estando en la misma situación que el “gran” Alberto Contador, Mosquera es un apestado y Contador inocente. Que injusto es el mundo del deporte.
Es bastante probable que Ezequiel se haya dopado. De hecho el producto por el que ha dado positivo suele ser utilizado como enmascarador de otras sustancias. Especialmente EPO de segunda y tercera generación. Lo que no es de recibo es lo que se está haciendo con su persona. Un año parado sin que nadie le diera una solución. Suspendido por dar positivo con algo que ni siquiera mejora el rendimiento ciclista.
Tras su brillante actuación en la Vuelta a España 2010, Mosquera firmó con el Vacansoleil holandés. Unas semanas después se conoció su positivo por hidroxietil y comenzó la pesadilla. Sin haber sido sancionado oficialmente ni por la UCI, que dejo el caso en manos de la Federación Española de Ciclismo, ni por esta, más preocupada por salvar la imagen de Contador, que por la de un tío de 35 años al que ya le quedan pocos años de ciclismo en las piernas. Su equipo no le permitió competir. Ha pasado un año entero injustamente en la estacada, y se ve ante la posibilidad se ser sancionado con otros dos. Parece una broma pero no lo es.
Lo que más asombra es la posible decisión de la Federación Española de Ciclismo de sancionar a Mosquera con dos años por su positivo. Recientemente otro corredor español, Óscar Sevilla, fue sancionado con 6 meses de suspensión por haber dado positivo con la misma sustancia. Una verdadera injusticia que tiene toda la pinta de lavado de imagen de la Federación Española de Ciclismo ante la UCI. No van a sancionar a Contador, pero alguien tiene que pagar por él, para que se demuestre que a ésta no le tiembla la mano. Esperemos que la Justicia Ordinaria rectifique y a Mosquera se le permita retirarse con dignidad de la profesión que eligió para vivir, la que le lanzó a la fama y la que le enterró.
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